La fiesta pagana de la exaltación a Don Carnal es algo que no soporto.
Puede que sea debido a todas las caretas, narices y actitudes de payaso, muy correspondidas, con las que torpemente me disfracé durante algún tiempo.
El alcohol y las drogas hicieron añicos todos los disfraces, bombardeando al payaso desde dentro. Y trajeron un agradecido manto de silencio, cualquier cosa mejor que aquello.
Las drogas me salvaron.
Reírse de un payaso es fácil
desmaquillarlo
es mas difícil
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