01 abril 2009

Visión

La luz ambivalente al cruzar el charco
clama por una bienvenida
de insectos en algarabía
de niños con sonrisas de algodón
trinando sobre limones como flautas
en una porción de espacio donde la vísceras
tocan el cielo
y compiten con los árboles.
No me abandones, oh festivo jardín de
cristales troceados y metales erguidos.
El ánima queda traspuesta e incomunicada
(la boca llena, la respuesta.)
y una bailarina y su vestido de espuma
congregan a toda la humanidad vociferante
en su mirada encerrada.

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