30 agosto 2006

amsterdam, julio de 2006 (visión subjetiva)

- ¡Como se tambalea todo esto!, ¡Nos vamos a matar! el corazón guardado en la maleta que tiraba de nosotros, mientras sacabamos los codos para preguntar a un par de policias en Niewmarkt como coño se llegaba a la puerta del hotel (500 metros mas adelante) perdidos ya antes de llegar. Caminar, caminar, solo ver, oler, sentir, apartarse del carril bici si no quieres que se te lleven por delante (tardamos varios dias en aprender esto), aunque por otra parte, era una buena manera de entablar conversación con las orihundas del lugar (aunque fuera para recibir insultos) la primera vez en mi vida que he cantado musica de Shakira, para delicia de un par de nórdicas que se pusieron tristes, porque a pesar de que les gustaba la música no eran capaces de comprender nada de lo que deciamos (exagerando la entonación) el amigo de las ensaladas: un holandés que solo conocía Lloret de Mar y que solo sabía decir: "Ponme los condonos", ya me imagino lo que anduvo haciendo por Catalunya, el muy cabrón. tirados en la cama con la mandibula desencajada y pensando: ¿es este con el que me he ido de viaje?, no, no lo creo. Y luego querer encender un cigarrillo y darte cuenta de que efectivamente era otra cosa. La no posibilidad de expresión oral. la entonación inglesa manejada ya al detalle, sobre todo para decir: "Two beers, please", otra cosa fue cuando el conserje del hotel nos llamó para firmar no sé que rollo y salimos corriendo al cajero automático (solo era una firma sin importancia y sin desembolso monetario) pajaritos comiendo. Y el queso, madre mia, el queso ... calles y jardines, jardines y calles, porque todo es lo mismo. Ultimo dia en el Bluebird, haciendo cola un buen rato para comprar un zumo de naranja, pensando y repensando en la entonación que debía poner para que se me entendiera bien, cuando de repente la bonita morena que había detrás de la barra me dice sonriendo: - Hola, ¿que querías? - Ufff, te quiero a ti ahora mismo. césped, niños corriendo, vaya nos quedamos sin discos en la camara de video. y el Red Light District (mas conocido como el barrio rojo), y como caminamos y solo encontramos dos cabinas donde habia un par de negras que nos doblaban en tamaño y nos creímos por unos segundos que había huído todo el mundo. Búsquen siempre en los callejones, allí encontrarán muchas respuestas (incluso tambien encontrarán preguntas a las que responder) cabeza baja y correosa, las maletas en la mente. Dentro de ella. Y una promesa que no hacía falta pronunciar. Volveremos.

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